Descripción
Este libro es una especie de charla, el murmullo de una confesión animada, pero también un debate político en una lengua con respecto a esa misma lengua. En él puede leerse, con reservas, la pequeña autobiografía de un gusto inmoderado por lo que se ha llamado la "deconstrucción", concepto cuya única definición, alguna vez aventurada por Derrida, fue: más de una lengua. Derrida nos cuenta su experiencia de judío francohablante nacido en Argelia. Como resultado nos encontramos ante una discusión ceñida, que entrelaza el problema del nacionalismo, de la lengua materna y de la ciudadanía.