Descripción
El ideal democrático hoy no tiene rival en el mundo, pero los regímenes que lo reivindican suscitan casi en todas partes fuertes críticas. La erosión de la confianza en los representantes es por lo tanto uno de los principales problemas de nuestro tiempo. Pero, aunque los ciudadanos vayan menos a las urnas, no han devenido por ello en pasivos: los vemos manifestar en las calles, cuestionar, movilizarse por Internet… Para comprender ese nuevo Janus ciudadano, esta obra propone aprehender los mecanismos para instituir la confianza y la expresión social de la desconfianza como dos esferas y dos momentos distintos de la vida de las democracias. La actividad electoral-representativa se organiza en torno de la primera dimensión: su estudio es clásico. Pero la segunda nunca ha sido explorada de manera sistemática.
Pierre Rosanvallon se aboca a ello y propone una historia y una teoría del papel estructurante de la desconfianza en las democracias. Este cambio radical de perspectiva lleva a explorar un continente político que pasó desapercibido durante mucho tiempo: el de la «contrademocracia». Éste resulta de un conjunto de prácticas de control, de obstrucción y de enjuiciamiento, a través de las cuales la sociedad ejerce su poder de corrección y de presión. Junto al pueblo-elector, esto da voz y rostro a las figuras de un pueblo-vigilante, de un pueblo-veto y de un pueblo-juez. En ello está su virtud, pero también su problema. Porque, al valorar en demasía las propiedades de control y de resistencia del espacio público, puede también hacerle el juego al populismo y la «impolítica», al impedir la formulación positiva de un mundo común.