Descripción
«Heidegger es ciertamente un gran filósofo, que al mismo tiempo fue un nazi de lo más común. Es así. ¡Que la filosofía se las arregle! No saldrá de este embrollo ni mediante la negación de los hechos ni mediante la excomunión. Estamos ante un límite dialéctico, que podemos llamar existencial, de la grandeza de pensamiento y la pequeñez de convicción, de la capacidad creadora de dimensiones universales y de la singularidad obtusa de un profesor de provincia. Lo que estas cartas tienen de apasionante es que ensanchan esta matriz (lo Pequeño como soporte existencial de lo Grande) a muchos otros aspectos de la existencia del pensador.»
Barbara Cassin y Alain Badiou (fragmento del prólogo)