Antes y después de Auschwitz
Editorial: Shangrila
ISBN: 9788494542749
Páginas: 298 págs.
Medidas: 16 x 23 cm.
Año de publicación:
Precio: $32520.00 [u$s 36.54]
Temas: Cine y audiovisual
Ha pasado más de medio siglo desde el final de la barbarie nazi, 70 años desde que los primeros tanques rusos atravesaron las alambradas de los campos de concentración y el mundo accedió al horror que había gobernado allí dentro, oculto pero no invisible a la mirada occidental. Desde entonces, y a pesar de que otras atrocidades han ido hilvanando el relato histórico sin tregua (Vietnam, Camboya y los Jémeres Rojos, Bosnia, Las torres gemelas, El Estado Islámico…), la industria cultural sigue mostrándose igual de receptiva a ese Objeto del siglo XX como lo denominara Wajcman. Innumerables productos vuelven una y otra vez al momento aciago en que el mundo dejó de girar. Las novelas, los ensayos, los cómics, las películas sobre la Shoah aparecen en circulación de manera regular como si todavía no estuviera todo dicho, como si la sola mención de la barbarie más cruenta de nuestra historia provocara la imperiosa necesidad de retornar compulsivamente al agujero negro de la boca de un horno crematorio, como si fuéramos incapaces de pasar página y nos viéramos obligados a mirar de frente al horror, una y otra vez, cual Sísifo ante la historia.
Es el caso de dos películas contemporáneas excepcionales que examinan a contrapelo la herencia de Auschwitz, que escrutan las motivaciones más oscuras y complejas de ese agujero negro en que el tiempo dejó de girar. La cuestión humana (Nicolas Klotz, 2007) y La cinta blanca (Michael Haneke, 2009) se enfrentan de lleno a lo inevitable, se proponen abordar el horror a partir de la comprensión del antes y el después de la catástrofe, cuestionando qué la hizo posible y qué perdura aún hoy. Es por ello que las dos tejen una tupida red de elementos referenciales cuyas puntadas y costuras, trazados y simetrías, les permiten afianzar la tesis que levantan contra toda pereza intelectual, contra toda explicación consoladora del desastre. El pasado actuó en el presente de la barbarie, argumenta el filme de Haneke: la rigidez de las estructuras feudales de la Alemania decimonónica se convirtió en el caldo de cultivo de las futuras generaciones nazis. Pero el presente de la barbarie también opera en el futuro de nuestra realidad contemporánea, expone el filme de Klotz: la burocratización de lo humano que hizo posible la fábrica de Auschwitz también rige los principios de la empresa actual.